Relatos de una Ciudad en Protestas - Parte 1

 (¿Qué mejor momento que este para analizar casi antropológicamente la idiosincrasia cambiante de un país? Un momento lleno de incertidumbre, crisis, miedo, esperanza, división, inestabilidad y opresión. Un momento histórico y de profundas repercusiones culturales, sociales, y psicológicas en el venezolano. En estos últimos quince años, al igual que en estos últimos meses, la idiosincrasia venezolana ha ido cambiando. Estos comportamientos, estos miedos y esperanzas colectivas, han de desaparecer cuando haya un cambio y pueden ser olvidadas por su pequeñez. Es por eso que he decidido hacer esta serie de anécdotas inspiradas en diferentes situaciones que he visto o me han contado y en sentimientos colectivos y comunes. Lo que quiero mostrar, o recolectar mejor dicho, es una serie de actitudes y pensamientos de diferentes personas en este periodo caótico. Es un análisis, una exploración, de la actitud del venezolano en estos momentos. Es trascender su idiosincrasia periódica para el mañana. Es expresar su psique en palabras.

 Esta es la primera parte de la serie (Conformada por tres anécdotas). Disfruten. 

Ghost Stories 

No fue solo el gobierno el que cambió. La gente común cambió también.  Persepolis por Marjane Satrapi.

“¿Tu has ido a alguna marcha?”, le pregunta un estudiante de Cuarto Año de Humanidades a Ricardo, su compañero. Cinco minutos antes, Ricardo había criticado la conducta de sus compañeros en torno a querer salir más temprano de clases para hacer barricadas cuando podían hacerlo en la tarde. “No. Mis papás no me dejan.” Le responde Ricardo a su compañero, quien ha ido a protestar en muchas ocasiones y se ha ahogado de amargura de por tanto gas lacrimógena. Su compañero, lleno de fogosidad por la situación del país, comienza a gritarle. Irónicamente, lo que su boca escupe pareciese más cercano al “dialogo” del gobierno: ¡Apátrida! ¡Vende patria! ¡No haces nada por tu país!

Una semana después, en la misma prestigiosa escuela católica en las pintorescas colinas del este de Caracas, Ricardo se despide de varios de muchos sus compañeros: Han pedido un permiso al colegio para irse más temprano, pues sus madres están alarmadas por los disturbios que suceden en aquel momento en la ciudad. 

-       ¡Chao! – Le dice su amigo Eduardo.

-       Nos hubiéramos ido todos juntos. – Dice Ricardo. – ¿Sabes? A poner afiches o algo así. Algo por el país.

Eduardo sonríe y asiente con la cabeza. Quisiera ir a la marcha, pero sus padres no lo dejan y el terror psicológico promovido por las milicias armadas lo han alejado aun más alejado de ese deseo levemente reprimido.  

-       Yo hoy voy a las concentraciones y cacerolazos que se hacen en mi urbanización. – Dice Ricardo. – Siempre hay una vieja gorda que es como la líder… Ella manda a hacer las guarimbas. Eduardo, tu cacerolea en tu urbanización.

-       No. – Le replica Eduardo entre risas. – ¿Qué voy a hacer yo caceroleando solo? Yo caceroleo cuando hay cacerolazo.

-       No, es en serio. Cacerolea.

-       No. – Responde Eduardo riendo.

-       ¿Qué haces tu por el país? – Pregunta Ricardo, con un tono amenazador. Eduardo enarca su ceja.

-       Pues he pasado casi tres meses escribiendo ensayos y poniendo fotos en Tumblr para que se sepa internacionalmente lo que sucede aquí. Ha servido. Mucha gente de otros países lo han puesto en sus páginas de Tumblr.

-       ¡Eso no sirve! Tu blog ese solo lo ven como dos personas.

-       ¿Dos? – Eduardo se encoleriza. Ricardo se ha puesto agresivo. – Lo ven muchas más.

-       Sí, perdón. Lo ven tres.

-       ¡Cállate imbécil! – Los otros compañeros comienzan a voltear. – Cada post lo ven más de diez o veinte personas. ¿Qué haces tú? Cuéntame.

-       Marcho en mi urbanización. Con más de veinte personas que si son de aquí.

-       ¡Felicitaciones! – Le replica Eduardo en tono sarcástico. – Marchas en una urbanización sifrina del este, trancándose a ustedes mismo, y además con gente que ya está muy informado de lo que está pasando aquí. Es decir, que no estás haciendo nada.

-       ¡Hago más que tú!

-       ¡Sí! Caminando en círculos en una urbanización de clase media alta donde todos son opositores. – Ricardo se había transfigurado en el mismo monstruo del que había sido victima la semana anterior. – Y no digas que los otros son una mierda, cuando eres lo mismo. Eres igual de mierda.

En aquel momento, Eduardo se fue del salón. “Disfruta aquí solo hasta las tres” Le dijo a Ricardo al salir del salón. “Hey. ¿Andrés, tu vas a marchar hoy?” Le pregunta un compañero a otro mientras Eduardo se dirige a cruzar la calle y entrar al automóvil de su madre quien lo espera. “No”. El alumno inquisidor menea la cabeza, con cólera, y voltea sus ojos. “Este bicho no es venezolano.” Dice antes de irse.

No es venezolano 

La frase dirigida a Andrés resuena en la cabeza de Eduardo. ¿Acaso no fue lo mismo que dijo el presidente Chávez, en torno a los opositores, en sus últimos años? ¿No estaban repitiendo lo mismo que el dragón que combatían? ¿Lo mismo que aquella figura legendaria que había causado todo este embrollo?

El atacado, ataca. El caballero se vuelve dragón. Las sabias palabras de Nietzsche afloraron en la cabeza de Eduardo. 

"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti".

 

Por Estas Calles

Vivimos en ciudades que nunca verás en la pantalla. – “Team” de Lorde.

La señora Eugenia detiene su vehículo ante el tráfico en una calle rodeada de quintas amuralladas y palmeras. “¿Y este tráfico?” Se pregunta. No es un calle principal y, a pesar de ser las seis y media de la mañana, nunca luce como una necrópolis de automóviles. Coloca su codo izquierdo en la ventana y apoya su cabeza sobre su mano, aburrida. No muy lejos, levemente eclipsado por frondosos arboles, se ve el Ávila. Destaca su color azul ante el cielo rosado y el resplandor naranja del amanecer que cubre a toda la ciudad. El caraqueño, como Eugenia, se ve víctima de la costumbre que le hace olvidar la belleza de la metrópolis. 

Eugenia, agobiada de el tráfico inmortal e imperecedero de la ciudad, exhala. Su mirada se ve cansada y desilusionada, saturada de tanta tragedia en el país. Su visión del futuro es de desesperanza. Aun así, su pensamientos pálidos y enterrados salen a la luz de vez en cuando. “¿Y que haremos? ¿Qué ira a pasar?” Por unos minutos, oye los ruidos mañaneros: Bocinas. Frenos. Aves cantando. La radio. Ay… La radio. Otra fuente de desasosiego en su vida.

“La joven embarazada que se desempeñaba como intérprete de señas en el Noticiero de Venevisión, recibió tiros de una camioneta oscura al bajar de un transporte público, según revelaron algunos testigos.”

Harta de tantas noticias trágicas, apaga la radio. Finalmente, distingue a la causa del tráfico. Mas adelante, como alguna gran fogata, se alza un cerro de inmundicia. Una barricada. Alrededor, mujeres y hombres jóvenes. Tienen gorras tricolores sobre sus cabezas, protegiendo su optimismo. En sus manos hay banderas y letreros. Los jóvenes sonríen y muestran una emoción olvidada por Eugenia: Esperanza por un futuro mejor. Esos rostros jóvenes y joviales refrescan el pesado aire decadente de la ciudad. Eugenia continua observando a esas almas felices, a esa esperanza materializada. Por un minuto, siente que alguien la ha sacado de su miseria espiritual.

Aquella imagen, aquellos lozanos ciudadanos, la sustrae de su mal. Eugenia estira sus brazos y toca la bocina rítmicamente, dándoles apoyo. Una sonrisa se hace en su rostro. Media hora después, se encuentra en la autopista. En aquel cementerio de autos, atrapados en tráfico, ve los cientos de restos de basura y escombros esparcidos por grandes áreas. Barricadas de días anteriores. Se nota la destrucción en la infraestructura. Vidrios rotos en el suelo. Grandes piedras en medio de la basura. Césped quemado. Claramente el resultado de una lucha con la opresión del gobierno el día anterior.

Eugenia tatarea una canción de viejos tiempos cuyo mensaje queda eterno.

 Por estas calles la compasión ya no aparece y la piedad hace rato que se fue de viaje cuando se iba la perseguía la policía oye conciencia mejor te escondes con la paciencia.

La ciudad es un museo. Una expresión artística del descontento. Un gran vomito cósmico de Caracas. Los letreros con mensajes optimistas o informativos se ven en todo poste, reja, pared y árbol. “SOSVENEZUELA.” “¿Por qué se protesta en Venezuela? La escasez, la inseguridad…” “Militares, ustedes también son venezolanos” “Cubanos go home”. Los letreros no son lo único que figuran. Hay cruces con los nombres de las victimas colgadas de cuerdas entre los arboles o pintadas sobre el arte urbana de la decadente ciudad. “Génesis” “Bassil” “Roberto” “Geraldine”. Las paredes y elevados de concreto de la autopista, como ruinas brutalistas de un imperio muerto, claman a través de graffitis el descontento. “MADURO ASESINO” “¡MADURO DICTADOR!”. También figuran banderas, escritos en el concreto y otras muestras artísticas de las protestas. Y la gran obra maestra de la ciudad que nunca falta: La mirada totalitaria del Hermano Mayor, Hugo Chávez, pintada en alguna pared o en alguna alta valla publicitaria. Caracas se ha vuelto la mayor obra de arte política del mundo.

Oí Una Mosca Cuando Morí. 

No es medida de salud estar bien ajustado a una sociedad profundamente enferma. - Jiddu Krishnamurti

El auto pasa bajo el elevado de la autopista. A unos metros, la pared exclama “¡Maduro Dictador! ¡Vete a Cuba!”. El vehículo es piloteado por un padre quien lleva a su hijo adolescente a un lado. Ambos están en silencio. Solo se oye la música retro proveniente de la radio. El automóvil va lento, atrapado en tráfico. En aquel aburrimiento matutino, el hijo nota un escrito en una columna de cemento. “Mónica, todo esto es por ti”.

“Que lástima” Piensa el hijo en su cabeza. Mónica Spear, Miss Venezuela 2004 y actriz de telenovelas, había sido asesinada – a balazos – dos meses antes por criminales junto a su esposo y frente a su hija de cinco años. Pensar en que una niña de cinco años había presenciado como su madre y padre fueron abatidos por balas lo hacia sentir escalofríos. La sangre, el silencio…

-       Mónica Spear… - Dice el hijo en voz alta.

-       Dios la tenga en su gloria. – Replica su padre.

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-       Papá, pensar en como la mataron… Es demasiado inhumano. Frente a su hija de cinco años. Es inhumano matar a alguien frente a su hijita.

-       Sí, es verdad.

-       Bueno… - El hijo reflexiona. – Matar es inhumano, en general.

-       A que punto hemos llegado que ya la muerte es una parte de nuestras vidas.– Le dice el padre, pensando en que en el comentario de su hijo la inhumanidad no estaba en matar si no en como pasó. – Estamos adaptadas a ver como nos matan todos los días.

-       Ya hablamos de esto como si fuese lo más normal. – Dice el hijo. Para el lo es. Veinticinco mil muertos en un año. Noticias de asesinatos fluyendo diariamente.

-      Tu generación ha crecido con mucha muerte, mucha violencia.

-       La muerte es la vida en este país. La vida es lo único que no le ha afectado la inflación… No vale nada y a la vez escasea como la comida.

Entrevista a Toto Aguerrevere

Se graduó de abogado pero no lo ejerció, en sus propias palabras, para ser feliz. Autoproclamado como buhonero intelectual (Hace traducciones legales, ha sido profesor universitario, trabajó en la Asamblea y hasta asesoró a mesoneros), Juan José Aguerrevere, mejor conocido como Toto Aguerrevere, es uno de los blogueros más importantes de Venezuela.

Su blog, Conversations Overheard at the Mad Hatter’s Tea Party, ha sido un gran éxito. En la hilarante página, Toto escribe de una variedad de temas (serios y cómicos) que suelen centrarse en“la tragicomedia de vivir en Caracas”. Aquel talento y humor no solo los demuestra en su blog, sino también en su libro “Cuentos de Sobremesa”, en la radio, en Runrun.es, como guionista de Erika tipo 11, o en las varias revistas para las que escribe. Su página fue la mayor inspiración para hacer la mía, siendo esa la razón por la cual decidí hacerle una entrevista. Aquí se las dejo. Disfruten. 

- ¿Qué te hizo escribir el Tea Party?

Nina Rancel, mi amiga bloguera me hizo una campaña sico-terrorista para que me abriera mi blog porque ella decía que yo escribiera chévere. Ella dice que la campaña duró dos días, yo digo que duró tres semanas por aquello de darle más caché a la jalada de mecate. Abrí el tea party porque tenía unas ganas enormes de echar cuentos. Mis amigos estaban todos aburridos en una oficina, me pareció que ésta era la mejor manera de distraerlos cuando no estaban en Facebook.

- ¿Planificas sacar una novela algún día?

Yo creo que es el sueño de todo el que le gusta escribir pero por ahora estoy contento escribiendo cuentos cortos. Todavía no me ha llegado una idea lo suficientemente buena como para desarrollarla en un libro que yo me quisiera leer. En eso insisto mucho, los libros que uno escribe son los libros que uno se quisiera leer. Cuentos de Sobremesa, mi primer libro fue así, un cúmulo de historias cortas.

- ¿Te gustaría traducir a otros idiomas tu libro o blog?

Cuando comencé el blog, publicaba algunas entradas en inglés y otras en español. Eso dependía de mi humor y ahora releyendo el año que comencé me doy cuenta que cuando escribía en inglés era porque estaba deprimido. No sé si traduciría mi blog al inglés, hay ciertos venezolanismos que son imposibles de replicar pero sería interesante.

- ¿Si pudieses visitar otra época cuál sería?

Me iría al Versalles de Luis XVI y María Antonieta. Yo necesito saber cómo iba esa gente al baño.

- ¿Qué blogs te gustan leer?

Me gustan los blogs que son personales y constantes. Por esto quiero decir que la persona que lo escribe se toma en serio su trabajo como bloguero e intenta publicar contenido interesante cada cierto tiempo. Detesto un blog abandonado al cual no se le haya dado una propia despedida. Obsesionado con el blog The Bloggess. Su cuento sobre la gallina Beyoncé es una de las cosas más divertidas que me he leído:

http://tinyurl.com/64rrx8p

- ¿Cuáles son tus libros y revistas preferidas?

Leo bastantes libros sobre humor. La biblia,

Bossypants

de Tina Fey y todo lo que escribe David Sedaris me parece una maravilla. De revistas, me obsesionan las Life de los años cincuenta las cuales colecciono. Por mi trabajo como columnista y guionista compro mucho GQ, Esquire, Vanity Fair y la Look Caras para ver qué cosas están de moda y cómo se pueden convertir en chiste.

- ¿Cuáles son tus escritos preferidos en el Tea Party?

Me gustan los que vuelvo a leer en un tiempo y me digo: “qué nota que yo escribí eso”. No me vanaglorio o me las echo, sino que simplemente no puedo creer que en algún momento fui tan inteligente como para combinar esas palabras en un texto.

- ¿Cómo ves el ámbito cultural latinoamericano actualmente?

Te hablo del ámbito venezolano porque el latinoamericano me pones a buscar en Google a ver cómo está y mentirte. Lo MEJOR que ha salido de la crisis venezolana es la creatividad. Ya sea en ropas, textos, canciones, fotografías o películas, hay gente allá afuera que no está pensando en la crisis, están haciendo las cosas como si la crisis no existiera.

- ¿Qué consejo le das a otros jóvenes escritores/blogueros?

Nadie te va comentar nada la primera semana que te abres un blog. Quizás pasan tres meses y nadie sabe que tu blog existe. No dejes que eso te importe. Escribe, escribe, escribe. Pásate un año escribiendo. Sobre lo que sepas, sobre lo que te guste, lo que te apasione y no te deje dormir. Preocúpate por encontrar tu estilo, tu propio estilo. Así, al único que sí encontró tu blog al año y medio no le guste. Lo importante es que te guste a ti. Cuando te encante tanto que no puedes pasar un solo día sin pensar en cómo llegas a tu casa para escribir algo en el blog, la gente aparecerá. Y ahí será cuando comiences a decir que te gustaba más tu blog cuando nadie lo leía.- 

Puedes contactarlo a totoaguerrevere@gmail.com o a su Twitter @totoaguerrevere

- Entrevista original el cuatro de agosto de 2013.